Mónica

A mediados de este año me propuse hacerme un traje a mi medida para un baile especial.

Tenía retales de vivencias pasadas, de añoranzas y nostalgia, a veces tesoros embotellados en recuerdos; otros prestados para que cuidase con celo. Algunos me pertenecían pero ya no los quería. Nos va transformando la vida.

Y fue una tarde que rescaté de un altillo unas pocas bobinas de hilos de sueños olvidados. Allí mismo descubría otras bobinas brillantes que no había ni imaginado que existían. Estaban esperándome, a estrenar. Me pregunté: “Bueno, ¿y por qué no?”. La idea fue tomando vida hasta convertirse en “¡Cómo no!”

Me he dado la oportunidad, que con la ilusión y la disciplina combinan de maravilla con los sueños cumplidos. Cada día un poco más. Y es ahora cuando tengo a medio hacer mi traje, y con toda mi alegría puedo decir:

¡Pues claro que sí!

  • 1 de diciembre de 2017