Blanco. Blanco sobre blanco. Y miedo. Miedo a enfrentarte a un folio en blanco y no saber cómo empezar a expresar todo lo que quieres decir. Entonces das el primer paso: un punto. Un punto es el comienzo de todo, el punto que da comienzo a una línea, a un trazo, a un concepto. Y las ideas o las pinceladas van surgiendo, se van transformando es expresiones moldeadoras de sentimientos. Construyendo a base de sombras y claros, de negro sobre blanco, mostrando lo peor y lo mejor de cada uno y así, poco a poco, se va definiendo la vida como si fuera un retrato que se va completando o una serie de historias plasmadas a base de tinta y carbón en un manuscrito. Y al igual que cualquier obra también termina como empieza: con un punto.

Pero hoy terminaremos con puntos suspensivos porque todavía queda mucho camino por recorrer, en la vida y en el papel.

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