Alicia González
Últimamente, o se ha puesto de moda, o es que yo oigo constantemente a todo el mundo hablar sobre la zona de confort. De lo que es, de lo que supone y sobre todo, de que hay que salir de ella. Oigo que fuera hay otra zona, una que es mágica, en la que se plantean grandes retos y en la que ocurren cosas extraordinarias; en ella hay que echar a volar, enfrentarse a los miedos y derrotarlos, derribar barreras que hace tiempo erigimos…arriesgarse, en definitiva, para ser feliz.
Pues yo desde ya, aquí y ahora, reivindico mi zona de confort. Reivindico no salir de ella y decido que quiero quedarme como estoy. Volar dentro de sus límites, conocer cada una de sus esquinas y perderme en sus recovecos. Reivindico arriesgarme a ello. Al fin y al cabo, si la felicidad es relativa, me quedo con la mía, la que está en mi zona de confort…mi zona mágica, en la que todas mis cosas extraordinarias ocurren.