Regina Trujillo

Ahí va la anécdota: la mirada, los ojos y las pupilas, que sí que yo me entiendo, que cuando te agarran no te sueltan , que la casualidad ni nada, eso es todo mentira y por muchas veces que lo cuente no todo tiene explicación con este lenguaje verbal barato: que bonito es el mirarse diferenciando la mirada del otro , mirarse y reconocerse , entrar en las puertas y ya nunca salir. Que agresivos son algunos encuentros porque entras en el otro conociendo la magia de las cosas que las cosas no quieren admitir.
Pero sí , con la boca cerrada y los ojitos como bombas de destrucción , nos decimos mucho más , no vaya a ser que el cuento termine.

  • 2015