Nuria Moruno Miralles
Soy de las personas afortunadas que todavía conserva el trabajo (me parece increible decir esto, porque aunque suene a utopía, creo que todas las personas deberian tener derecho a un trabajo digno). No hace mucho tiempo, tuve el privilegio de asistir a la manifestación ciudadana del 23 F, que para mi fue realmente emocionante, porque pude ver que “si se puede”. Numerosas personas de todas las edades salieron a la calle pacificamente y unidos por una misma causa, defender “Lo Publico”, pidiendo a gritos un cambio de todos nuestros politicos.
En el ámbito profesional, llevo bastante tiempo trabajando en la administración y después de los años de experiencia, solo aspiro a intentar no caer en la monotonia y contribuir a hacer, en la medida que me permite mi categoría profesional, una administración más humana y resolutiva, ayudando en todo lo que me sea posible al ciudadano (que ya tiene bastante con la que está cayendo). Simplemente me da mucha satisfacción, cuando alguien te mira a los ojos y dice muchas gracias por su ayuda, es usted muy amable, me siento bien y eso me es suficiente. También hay que intentar tener mano ancha con la gente que paga toda su ira y su frustración con el personal que trabaja en la administración. Por lo que a mi respecta, seguiré poniendo mi empeño en hacer mi trabajo lo mejor posible.
En el entorno personal, mis aspiraciones son pequeñas o muy grandes, según se mire. Solo quiero disfrutar de esas pequeñas cosas que son las que creo hacen feliz a una persona, disfrutar de estar con mi familia, de tomar algo con unos amigos, tener tiempo para fijarme en una puesta de sol, dar un paseo en bicicleta o intentar aprender a bailar flamenco que siempre me ha gustado, Tras una experiencia dura en mi vida, que ya pasó hace bastante tiempo ( y en la que pude comprobar que teniamos una Sanidad Pública muy buena con unos profesionales estupendos), he aprendido que no quiero una casa grande, un cochazo en la puerta de casa, ni cosas materiales, quiero vivir dignamente, como creo que nos merecemos todos vivir y afortunadamente tengo una fortuna muy grande: mis amigos y mi familia.
Y para terminar, quiero decir que intentaré cambiar esta sociedad en la medida de mis posibilidades. Quiero que nuestros hijos tengan un mundo mejor y sepan disfrutar de poder expresar sus sentimientos e ideas y sobre todo tengan la empatia suficiente para ponerse en el lugar de los que sufren e intentar ayudar a los demás.
NO PERDERÉ NUNCA LA ESPERANZA.
P.D. Me encanta la idea que has tenido, Iván, y veo por las redes sociales que hay muchas personas con buenas ideas e intentando cambiar las cosas.