Flori Espinosa
Lo único que pido es que me escribas algo, y así, yo unas simples letras, él a cambio hace un retrato, y yo, como niña con zapatos nuevos salgo de casa y voy hacia Madrid, desde Alcalá de Henares. Y… ¿qué te escribo yo, Iván? Pues nada mejor que mi expresión de agradecimiento por esta bonita colección de retratos y palabras que nos regalas, y como no, por incluirme en ella. Y… tras recorrer los vericuetos de los pasillos, llego hasta tu puerta, me recibes, Iván, eres delgado, alto, sobre todo comparado conmigo, tienes una expresion risueña y cordial, unos ojos que despiden chispa, un flequillo rebelde que pugna por caer a un lado de tu rostro… y tu amabilidad hace que me sienta cómoda y alegre.
Y… comienzas la tarea, me acomodo, tu mirada va del papel a mí, de mí al papel, a veces entrecerrados tus ojos, o un guiño, me agrada verte trabajar, no veo el trabajo, solo te veo a ti, me gusta pensar que estoy ante un artista y que me esta dedicando a mi en exclusiva, una hora de su tiempo. Se me pasa en tiempo rápido, de repente… giras el cuaderno y expones el dibujo ante mi… ¡¡Soy yo!! Me emociono, ¡¡Es que…soy yo!! Gracias Iván, he disfrutado mucho siendo modelo y voy a guardar esto como un tesoro.
Y…regreso a casa como niña con regalos nuevos.