Dolores Ojeda
Nací en Logroño hace casi cincuenta y cuatro años. Me he sentido querida siempre por mis padres. Me criaron libre y responsable. Fueron y siguen siendo muy generosos conmigo. Nunca fui consciente de las necesidades por las que se pasaron en casa hasta que siendo mayor reflexioné sobre ello. Mis hermanas y yo tuvimos una infancia feliz. Nunca faltó para comer, nunca faltó para comprar un libro. Mi padre jugaba con nosotras los domingos y mi madre nos hablaba muchísimo mientras crecíamos. Conocí el mar con diez años de la mano de mi abuela María. Las vacaciones en el pueblo con mis abuelos fueron maravillosas. Fui muy buena estudiante. Con veintitrés años inicié la segunda parte de mi vida a setecientos kilómetros del hogar paterno después de aprobar las Oposiciones al Cuerpo de Magisterio en Alicante.
Corre por mis venas la tierra oscura de La Rioja y estoy enamorada del mar y del misterio de sus colores. Soy forastera en mi lugar de nacimiento y soy de fuera en el lugar de trabajo, yo me siento de donde me da la gana. Tengo vocación de trabajadora de la Enseñanza Pública. Creo firmemente en la igualdad y la inclusión. Me gusta mi trabajo, la esencia de mi trabajo. Soy maestra de Primaria y vivo con pasión dentro de las paredes del aula todo lo que allí acontece. Es magia. Me hacen feliz. Estoy orgullosa de la familia que he construido junto a Javier, mi marido, que llegó a mi vida y se instaló desde hace treinta años. Tenemos dos hermosos hijos que cambiaron con su llegada nuestras vidas y que ya están en esa edad del despegue. Quiero sentir el síndrome del nido vacío. No creo que haya generosidad más grande que la de dejar volar a tus hijos. Me gusta leer. Me gusta el cine. Puedo vivir sin escuchar música pero me encanta bailar. Me encanta la sensación de estar a solas con mi marido. Me encantan los encuentros con amigas. Disfruto de los amigos. Me siento gallina clueca cuando reúno alrededor de nuestra mesa a padres, hermanos, sobrinos, primos, tíos, amigos, novios… y me gusta muchísimo esa sensación cluecona. En general, me gusta la gente. A menudo me decepciona gente. Hablo mirando a los ojos. Odio la mentira y los circunloquios. Vivo apasionadamente desde que tengo recuerdos. Soy muy curiosa y no dejo de aprender. ¡Hay tantas cosas interesantes que desconozco! Las nuevas tecnologías son mi nuevo reto y últimamente estoy inmersa en el manejo de herramientas útiles para mi trabajo. Las hay a millones y no me va a dar la vida para dominarlas todas, pero algo lograré. Internet y sus redes me ha acercado a gente a la que no hubiera conocido de otra manera. Fue a través de las redes que llegó Iván Solbes a mi vida, así que ¿quién dice que las redes sociales son perniciosas? No han debido tener las buenas experiencias que tengo yo al respecto. Y aquí estoy viviendo con pasión mi primer retrato. La próxima vez escribiré de mis cosas chungas. Hoy me ha podido el positivismo, debe ser el ambiente navideño. Ja.
Algo de mi faena en la escuela