Daniel Pinteño
No soy muy dado a los discursos emotivos, ni a las palabras finas y delicadas. Así que seré breve, es la segunda vez que tanto mi violín como yo posamos para la mano de Iván (y espero que no sea la última) y debo decir que cada día disfruto más de su creatividad y de nuestras conversaciones sobre política, cultura y demás temas de la actualidad. Durante nuestra sesión hubo tiempo para charlar, dibujar, tocar un poco con el violín, escuchar algo de Jazz, hablar de cine, etc. Sinceramente lo paso genial cuando Ivan está delante con su lápiz y su gran cuaderno todavía en blanco. Muchas gracias Iván.