Carmen González
Todo comenzó una fría tarde de Noviembre. Llamé al timbre y un hombre alto, con barba y bigote me invitó a entrar. Se respiraba en el ambiente un olor peculiar que no sabría describir. Quizás a una mezcla de papel, pintura y ordenadores sobrecalentados. Eché un primer vistazo y de repente, me sentí sobrecogida por un espacio que desprendía creatividad por cada lapicero allí presente. Iván se sentó, y comenzamos una agradable conversación que se alargó más de una hora.
No solo pude conocer al ilustrador Iván Solbes, sino además a un talento creativo repleto de nuevas ideas y conceptos deseoso de compartirlas con los demás. Con el paso de los años y retrato tras retrato, Iván afina su trazo, y yo orgullosa de poder contribuir a ello. Como decía el célebre Antonio Machado: «caminante, no hay camino, se hace camino al andar».
Carmen González