Ángeles Arbesu
He estado pensando sobre que redactar para el retrato durante dos semanas, básicamente porque se lo va a quedar otra persona.
Quizás si sólo lo hubiese escrito en mi libreta o en el ordenador, ponte por ejemplo, una tarde de domingo, tendría páginas y páginas de divagaciones y con suerte, una o dos líneas buenas. He pensado que dejar un texto a otra persona, dárselo más bien, es como una especie de cápsula del tiempo que depositas públicamente, previa lectura de éste.
Así que tú, habitante del siglo XXII, que por casualidad has encontrado una serie de dibujos y declaraciones y que, (oh! my god) no puedes esperar para enseñárselo a tus amigos para que flipen con tu hallazgo vintage, has de saber que siglo antes, siglo después, las personas, por dentro, somos básicamente iguales, funcionamos mediante un mecanismo llamado espiral de vivencia-pensamiento-emoción-sentimiento.
Y a veces no necesitamos ni siquiera la primera pieza. ¿A que si?