Ángela Rebollo

Ayer me senté delante de un espejo, un espejo que me miraba, unas veces con los ojos muy abiertos y otras con los ojos entornados, como intentando adivinar lo que había detrás de esa chica allí sentada, como intentando ver algo más.

Me quedo con la experiencia, me quedo con las buenas sensaciones, con la agradable conversación y me quedo con ganas de repetir. Muchas gracias por mirarme Iván pero sobretodo muchas gracias por verme.

  • 19 de junio de 2017