Adela

Retrátame. Retrátame por primera vez. Y retrátame otra vez más, y otra, y otra. Retrátame. Retrátame escudriñando bien todos mis recovecos a ver si afloran mis defectos y al verse así, tan expuestos, se desprenden poco a poco de mis carnes, de mi piel. Retrátame, retrátame otra vez, como si al hacerlo estuvieses plasmando a ritmo de bolero todas mis imperfecciones al tiempo que perfilas mis virtudes. Retrátame. Retrátame entera, sin mentiras cómplices que me hagan parecer más bonita, menos yo. Y Retrátame, retrátame otra vez. Insegura, despistada, neurótica, quejica, insoportable, pero también soñadora, altruista, apasionada, disparatada…retrátame mala y perversa, ángel  y dulzura, baile en la noche, terquedad y locura, como la más contradictoria de las criaturas.  Retrátame desnudas las entrañas que te las sirvo aquí en bandeja. Y no intentes extraer de esto  moraleja alguna, simplemente disfruta de la acción de observar y que te dejen hacerlo.

  • 8 de febrero de 2018